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3 amargas verdades sobre el amor que pocos psicólogos se atreven a decir

aweita.pe

El amor está idealizado, esa es una verdad que está más que clara: las telenovelas, el cine, los libros, parecen que todos quisieran mostrarnos que el amor es sufrido, condescendiente, “perfecto” y que demanda de un gran sacrificio para poder encontrarlo. Al crecer con estas ideas, nos haces falsas expectativas de lo que verdaderamente significa amar (y sabemos que con tus relaciones fallidas lo has comprobado). Hoy te vamos a revelar 3 amargas verdades sobre el amor que pocos se atreven a decir.

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#1 El amor no siempre coincide con la compatibilidad

El hecho de que te hayas enamorado de alguien no significa que sea una buena pareja para ti a largo plazo. El amor es un proceso emocional, y la compatibilidad es un proceso lógico. Y no necesariamente uno se convierte en el otro.

Puedes enamorarte de la persona que no te trata bien, que te hace pensar mal de ti mismo, sentirte mal con lo que eres, que no te respeta tanto como tú la respetas, o de alguien cuya vida es tan disfuncional que puede llevarte a la ruina también.

Puedes enamorarte de alguien que tiene otras ambiciones u objetivos en la vida que contradicen los tuyos o de alguien cuyas creencias filosóficas o visión del mundo chocan con tu percepción de realidad. Puedes enamorarte de alguien que te quita las fuerzas y la felicidad.

#2 El amor no siempre vale que te sacrifiques

Una de las características importantes del amor hacia alguien es tu capacidad de pensar sobre esa persona y sus necesidades más que las tuyas. Sin embargo, hay una pregunta que se hace muy de vez en cuando: "¿Qué es lo que sacrificas por tu pareja? ¿Vale la pena hacerlo?"

En una relación amorosa es normal que ambos sacrifiquen de vez en cuando sus intereses, necesidades y tiempo por otra persona. Diría que es una conducta sana y es lo que vuelve una relación realmente fabulosa.

Sin embargo, cuando se trata de sacrificar tu autorespeto, dignidad, estado físico, emocional y tus objetivos en la vida solo para estar con alguien, el amor se vuelve problemático. Las relaciones amorosas deben complementar nuestra individualidad, no intimidarla o reemplazarla.

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#3 El amor no soluciona los problemas de la relación

No siempre, aunque el amor es la fuerza que nos motiva a salvar una relación  y a intentarlo ‘una vez más’, todo tiene un límite, todo tiene un fin y el verdadero amor es maduro, comprende cuando es hora de alejarse.

Podrás soportar 1,3,7 años con una persona, pero si los problemas y las discusiones son siempre las mismas, NO es su amor quien solucionó sus problemas, porque reinciden. A veces la terquedad es más fuerte, obviamente nadie quiere perder a una persona que quiere mucho, pero ¿Por qué siempre debo ceder, por qué siempre él o ella inicia las discusiones, cuándo nos ahogamos en esta rutina y por “amor” la salvamos? Date cuenta que la montaña rusa que estás viviendo puede ser intoxicante, analiza cada paso en tu relación y pregúntate ¿Qué tanto me suma esta persona a mi vida? Deja el sentimentalismo y sé crítico.